lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Por qué la Iglesia católica no es un miembro del Consejo Mundial de Iglesias?


En la reunión confesional de los católicos del pasado viernes dirigida por la representación oficial de la Santa
El cardenal Kurt Koch y el Rev. Walter Altmann
Sede, se pasó una nota a los presentes sobre los motivos por los que la Iglesia católica no forma parte como miembro del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Esta es la traducción al castellano de la respuesta a esta FAQ, que por las personas presentes y por el contexto hay que considerar como casi oficial:


1. Desde su misma fundación, el CMI tiende a proyectar una eclesiología que es predominantemente protestante. Los miembros ortodoxos son una minoría y sus posiciones teológicas han sido ignoradas con frecuencia. La eclesiología sigue siendo el escollo principal con respecto a la posibilidad de que la Iglesia católica forme parte como miembro del CMI.

2. a) Iglesias nacionales
Según la Constitución vigente del CMI, los miembros se designan de acuerdo con las Iglesias nacionales. Esto significa que cada iglesia, como, por ejemplo, la Iglesia luterana de América, la Iglesia luterana de Tanzania o la de Brasil, son miembros por separado del CMI y con frecuencia pueden encontrarse defendiendo posturas discordantes en los debates en las reuniones del CMI. La Iglesia católica en cuanto Iglesia universal considera inaceptable este modelo de designación de los miembros del CMI.

b) Número de fieles
La Constitución vigente del CMI establece que el número de delegados para las reuniones de los órganos de dirección del CMI, del Comité Central y de las Asambleas, se designarán proporcionalmente al número de fieles de cada Iglesia miembro. Si la Iglesia católica se uniera al CMI tendría el mayor número de delegados en todos los órganos de gobierno y tendría también que hacerse cargo de buena parte del presupuesto del CMI.

c) Autoridad
La cuestión de la autoridad es fundamental para la Iglesia católica. Su comprensión del ejercicio de la autoridad en la Iglesia, especialmente en lo que se refiere al papel del obispo de Roma, es un obstáculo a la hora de formar parte de un organismo ecuménico mundial según el modelo de CMI.

d) La Iglesia católica como miembro sería percibida como una amenaza
Mientras que algunas Iglesias darían la bienvenida a la participación de la Iglesia católica como miembro del CMI, por ejemplo, las ortodoxas y algunas anglicanas y luteranas, una buen parte de las Iglesias pequeñas se sentirían amenazadas por el mero hecho del tamaño de la Iglesia católica y algunas incluso podrían salir del CMI.

e) Ser realistas
En los últimos años el CMI no ha vuelto a plantear directamente la cuestión de la Iglesia católica como miembro, pero se ha hecho alguna alusión a ello. En una consulta en noviembre de 2005 con ocasión del 40 aniversario de la creación del CMI, el moderador del Comité Central, su santidad Aram I, dijo: “En varias ocasiones la Iglesia católica ha dejado claro que los tiempos aun no son maduros para que se una al CMI. Parece que la Iglesia Católica Romana sigue manteniendo esta posición. Por tanto nosotros, en el CMI, no debemos tener expectativas muy altas. Tenemos que tener paciencia”.

f) Compromiso compartido más que ser miembro
En el presente hay una convicción compartida de que la colaboración y el compromiso, más que ser miembro, es el mejor camino para seguir adelante. El Dr. Samuel Kobia, en la introducción al Libro del Programa, dice. “en los últimos años los debates sobre el ecumenismo en el siglo XXI señalan que los compromisos y las experiencias compartidos, más que ser miembros del mismo organismo, serán las características del ecumenismo del futuro”.

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