martes, 5 de noviembre de 2013

"Misión desde las periferias": nuevo paradigma de la misión para el CMI

Ayer se presentó en la sesión plenaria de la mañana la nueva declaración sobra la misión y la evangelización del Consejo Mundial de Iglesias que lleva por título: Juntos por la Vida: Misión y Evangelización en contextos cambiantes. Fue aprobada como declaración oficial del CMI en una reunión del Comité Central celebrada en Creta, Grecia, el 5 de septiembre 2012. Es el fruto de un largo y laborioso proceso iniciado inmediatamente después de la Asamblea del CMI de Porto Alegre de 2006. La declaración anterior sobre el mismo tema era de 1982 y muchas cosas han cambiado desde entonces, como se señaló ayer en la presentación. En 1982 no habían acontecido los atentados del 11-9, ni se había extendido el uso de Internet, ni era tan grande la preocupación ecológica; el documento anterior también estuvo muy condicionado por la teología de la liberación que era entonces el paradigma teológico dominante en mucho círculos. La nueva declaración ecuménica sobra la Misión presentada ayer está llamada a inspirar la labor misionera y evangelizadora de las Iglesias en esta nueva etapa, ofreciendo una comprensión actualizada de ella y de los modos de llevarla a cabo. Es probable que sea el documento de más transcendencia que salga de esta X Asamblea del CMI.

Podemos resumir en tres puntos sus principales directrices:


  1. El verdadero agente de la misión no es la Iglesia sino Dios uno y trino, y en concreto la Persona del Espíritu Santo que estaba presente en la creación, inspiró a los profetas, inhabitó en Cristo y dirige la Igelsia. La misión es missio Dei y empieza con la misma creación del mundo. La Iglesia está llamada a discernir la acción del Espíritu dador de vida en el mundo y a unirse a ella. El criterio fundamental de discernimiento es que la acción del Espíritu siempre conduce a una vida más plena en todas sus dimensiones y a la derrota de todas las fuerzas que degradan al hombre, a los pueblos y a la creación. 
  2. La misión de la Iglesia requiere un nuevo paradigma: ya no es 'hacia los márgenes' -o periferias, utilizando un concepto muy empleado por el papa Francisco- ni 'en los márgenes', sino 'desde los márgenes'. Los protagonistas de la misión no son los cristianos del primer mundo sino los de los márgenes.
  3. La finalidad de la misión es llevar hacia la "vida en abundancia" , la vida en plenitud -la 'vida buena' como la la llaman los pueblos indígenas ligados a la tierra- a toda la humanidad y a la creación. Para ello hay que superar la idolatría de mamón que tanto daño produce a los hombres y a las mujeres, a los pueblos y a la creación.



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